Navelgas reconoce a la Sociedad de Artesanos de Cangas con la Panoya de Oro

Navelgas celebra el próximo 8 de noviembre el XIX Festival
del Esfoyón y el Amagosto. La cita, organizada por la asociación cultural El
Arbedeiro y la asociación de vecinos San Juan de Navelgas, está declarada como Fiesta
de Interés Turístico Regional. Desde hace varias ediciones los organizadores
entregan durante el transcurso de las celebraciones la Panoya de Oro, a «aquellas
personas, empresas o instituciones que han participado en el desarrollo de esta
fiesta o que con su apoyo y dedicación han contribuido activamente al
desarrollo de toda la comarca del Cuarto de los Valles en particular y del concejo
de Tineo y Asturias en general, haciendo especial hincapié en la conservación
de las tradiciones en todas sus manifestaciones». Este año la distinción ha
recaído en la Sociedad de Artesanos Nuestra Señora del Carmen, de Cangas del Narcea,
encargada de La Descarga.

Los actos están previstos a partir de las 20.30 horas del
sábado 8 de noviembre. El esfoyón comienza al oscurecer, en el barrio de Navelgas
de Arriba, que se engalana para la ocasión. Los vecinos, verdaderos
protagonistas de la fiesta, iluminan las calles con antorchas, se visten con
ropas antiguas y las asociaciones se encargan de ofrecer a los visitantes todo
tipo de platos tradicionales: frisuelos, castañas, tortas de maíz, bollo
preñao, manteca recién desnatada, etc. 

Además, los más jóvenes reparten la garutsa: anís de guindas
casero, orujo y bebidas que ayudan a sobrellevar la fría noche del mes de noviembre.

Bajo las paneras y en las cuadras se sitúan los distintos
artesanos de la comarca que hacen una pequeña demostración de su trabajo, como
el madreñeiro, el cesteiro, o el Ferreiro, y se maya sidra y se reparten castañas
asadas. La música y los bailes durarán toda la noche a cargo de la Bandina Los
Ecólicos y ya, a última hora, con el Dúo Habana.

El festival intenta retratar con la mayor exactitud los
esfoyones de antaño, en los que los vecinos del pueblo se juntaban en una casa
para deshojar (esfoyar) el maíz de esa familia y ayudarles posteriormente a
enristrarlo y colgarlo de los corredores.

Estas reuniones suponían un acontecimiento social. Personas
de todas las edades se juntaban para charlar, cantar, e incluso los más jóvenes
aprovechaban para cortejar. La esfoyaza se convertía en toda una celebración.
Se contaban cuentos, leyendas y tradiciones pero el trabajo no quitaba para que
hubiera folixas y cantares.

Toda la información en el Facebook de El Arbedeiro