El Fapas alerta de que es el segundo ejemplar hallado en el mismo sitio en apenas cuatro meses
Miembros del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) se desplazaron ayer hasta Moal, en Cangas del Narcea tras recibir un aviso alertando de la presencia del cadáver de un oso pardo. A su llegada a la zona, explican desde la organización, les esperaban dos excursionistas de Cantabria para acceder al lugar donde se encontraban los restos del animal muerto, comprobando que «efectivamente, se trataba del cadáver de un ejemplar adulto de oso pardo, que presentaba un estado de conservación malo, puesto que parcialmente había sido devorado por otros animales».
El Fapas comunicó en ese momento el hallazgo al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de Oviedo y al Servicio de Biodiversidad del Gobierno del Principado de Asturias.
El cadáver del oso, apuntan desde el Fapas, «pese a presentar serias mutilaciones, posee la cabeza bastante intacta así como los pies, lo que permite comprobar que se trata de un ejemplar adulto con potente dentadura».
Sus restos, «en los que se aprecian vísceras, evidencian también que su muerte se ha debido de producir de manera relativamente reciente, si bien el frío del entorno ha contribuido a la conservación de los restos».
El oso apareció en una pedriza, a unos 10 metros de un camino transitado por turistas para acceder a una de las áreas de recreo y vistas del entorno de Muniellos. «Literalmente, se encuentra a la puerta de uno de los espacios más emblemáticos de la naturaleza ibérica y que posee el mayor grado de protección posible, Reserva Integral».
La organización recuerda que en este mismo entorno, el pasado mes de septiembre ya fue localizado un oso, que también apareció muerto en un camino y al que en el transcurso de la necropsia, «se le descubrió casualmente una bala al caer al suelo del estanque donde se manipulaba el cadáver, evidenciando una muerte violenta, cuando ya la Administración valoraba la muerte de este animal como un vulgar accidente».
Para el Fapas, este segundo oso muerto, «en la misma localidad y en un entorno de aproximación de apenas unos cientos de metros, en uno de los lugares donde presumiblemente debería de existir el máximo nivel de vigilancia dado el estatus de protección del territorio, pone sobre la mesa la verdadera situación por la que atraviesa la conservación del oso pardo en Asturias, después de varias décadas de protección de la especie y lucha eficaz contra el furtivismo».
Desde el Fapas, anuncian, «permaneceremos atentos para exigir a la Administración regional la máxima diligencia para esclarecer estos casos de muertes de osos, manteniendo nuestra crítica total al manejo que se hace de estos animales muertos, procediendo a necropsias que no garantizan técnicamente la posibilidad de esclarecer las causas reales de muerte, ocultando la realidad, o simplemente, echando cortinas de humo para confundir a la opinión pública, evitando que sobre la Administración recaiga ningún tipo de responsabilidad».
Fotos: Fapas